LA PELEA DE CAZA DEL ABUELO

Eran los días en que los aviones de caza no tenían narices afiladas. No llevaban misiles, no tenían computadoras, no usaban GPS, y no tenían radar o contramedidas. Todo dependía del ojo agudo del piloto y su habilidad para estimar tiempos, velocidades, distancias y ángulos. E imaginar trayectorias: la suya, la de su tripulación y la de su oponente. No era una ciencia, era un arte. Era una época de escaramuzas, duelos y grandes peleas. Con un equipo moderno, se podía encontrar el espíritu de los grandes torneos de la Edad Media y el espíritu de caballerosidad que los acompañaba.

El autor: 

El General Salini pasó toda su carrera en la aviación de combate, desde el humilde miembro de la tripulación hasta el comandante de la base de Tours donde se encontraba entonces la Escuela de Caza. Explica los fundamentos de este arte en términos simples y accesibles para todos. También explica los métodos utilizados por los cazabombarderos y nos da sus impresiones como piloto de los aviones que practicó. De paso, rinde homenaje a los veteranos que, durante la campaña de 1940, lucharon en condiciones difíciles, y da una opinión original sobre la Batalla de Gran Bretaña.

Curiosamente, dedica su libro a la memoria del General de Brack, que desapareció hace doscientos años. ¿Qué tiene que ver este general de Napoleón con la aviación de combate? Es que de Brack nos enseña, a través de los siglos pasados y futuros, esta cualidad esencial sin la cual nada es posible: "El espíritu guerrero". "Tenemos buenos soldados, capaces, si es necesario, de morir con dignidad, pero ¿tienen realmente el espíritu guerrero? ¿Nuestro sistema favorece la adquisición de este espíritu? "Estas preguntas ocupan una parte del libro.